Náuseas, vómitos, vértigos, agitación psicomotriz y hasta comas superficiales. Las intoxicaciones tras consumir gominolas o galletas que se venden en las tiendas de cannabis se han duplicado en dos años. Entre las víctimas hay mucho turista y la explicación es que las compran como si fuera un souvenir sin saber que el efecto psicotrópico es diez veces mayor que un porro, sobre todo si se las toman como si fueran chucherías o si superan el 0,2% del psicoactivo THC que las convierte en ilegales y peligrosas. Como las chocolatinas y golosinas inyectadas con droga que se hacían en un obrador desmantelado por los Mossos. Destacan, además, el consumo de cocaína rosa o tusi, multiplicado por cuatro en un año.

-Redacción-