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Los contadores de consumo de dispositivos móviles no engañan. Tampoco nuestros gestos. La sensación de arenilla, escozor, ardor o la necesidad de cerrar los ojos son algunos de los síntomas habituales de los ojos secos. Y es que el uso prolongado de pantallas reduce el parpadeo y, con ello, la lubricación natural adecuada. Esto puede agravar, entre los más jóvenes, una enfermedad hasta ahora asociada al envejecimiento. Según el primer estudio en España sobre esta dolencia ocular, liderado por el catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense, José María Benítez del Castillo, y presidente de la SEO (Sociedad Española de Oftalmología), cada vez hay más ojos secos a edades tempranas. Cerca del 30% de los adultos españoles entre los 18 y 35 años sufren esta enfermedad, que sólo está diagnosticada en 5 de cada 100 casos. Un ritmo preocupante ante una enfermedad multifactorial que se manifiesta en la mayoría de casos de forma leve, pero que al ser crónica y progresiva puede tener consecuencias severas, como una angina de pecho, que reducen drásticamente la calidad de vida del paciente. Por eso, se pide su reconocimiento como enfermedad y una mayor concienciación y atención del sistema de salud público, para que se pueda poner remedio con un diagnóstico y tratamiento adecuado a tiempo. 

-Redacción-