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Hace pocos meses que el Medusa Beach Club de Palma llevó a cabo la reforma del local. Un edificio de los años 70 cuya terraza pudo venirse abajo por una causa combinada. Por un lado, según Eder García, jefe de Bomberos de Palma, está la antigüedad de la estructura: "Esos edificios cercanos a la costa están afectados por la sal y también son estructuras de marés, que es un tipo de roca sedimentaria que con los años se va deteriorando". A ese hipotético daño estructural que, cuenta el arquitecto Paco Duarte, "genera unas patologías, unas lesiones que anticipan que hay problemas", habría que sumarle un posible exceso de peso. "Se intenta maximizar la capacidad de resistencia de los forjados pero, al final, todo tiene un límite", asegura el decano del Colegio de Arquitectos de las Islas Baleares, Bernat Nadal. "La estructura de los años 70 difícilmente estará preparada para asumir una sobrecarga de espectáculos", opina Lluís Sánchez-Cuenca, arquitecto experto en estructuras. Además, habrá que investigar si esa terraza que se llenaba de clientes tenía licencia para ser utilizada y si se permitían reformas. Los escombros cayeron sobre la planta baja que también cedió hasta terminar en el sótano. Una zona de discoteca que en ese momento, al estar cerrada, evitó una catástrofe todavía mayor.

-Redacción-