Atlas agencia

Bajo una incesante lluvia y el redoblar de las campanas, Ayuso y Almeida han arrancado a las 9:00 en punto el primer homenaje a las víctimas del 11-M 21 años después de los atentados. Sonaba el Adagio para cuerdas de Samuel Barber, una música que habla sobre la pérdida y el dolor, cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde han colocado una corona de laurel junto a la placa que recuerda a los casi 200 fallecidos y cerca de 2.000 heridos aquel terrible 11 de marzo de 2004. Junto a ellos, los presidentes de las asociaciones de víctimas del terrorismo. No todos, porque un año más, ha habido actos separados. El resto han preferido estar en Atocha, también los representantes de los partidos de izquierda. Allí se registraron cuatro explosiones y se han recordado las cicatrices que dejaron las bombas con una ofrenda floral en la que sí ha participado el alcalde, pero no la presidenta de la Comunidad, que ha elegido acudir más tarde al tercer escenario de los homenajes. Prácticamente solo políticos del PP han acudido al Bosque del Recuerdo del Parque del Retiro, que reprochaban desde la AVT. División política en un día lluvioso, nostálgico y triste en el que no ha habido de nuevo unidad ni para recordar a las víctimas.

-Redacción-