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Todo empezó con una bata. Un imperio de más 100.000 millones de euros y un hombre, el segundo más rico del mundo, que forjó su fortuna vendiendo batas. Porque las vendía a miles. Y las de Amancio Ortega se diferenciaban por su calidad. Juan descubrió hace unos días dos piezas, olvidadas en el almacén de esta mercería donde se ha criado. Aún tienen su precio de venta de aquellos inicios de los 70 de inviernos fríos y estampados psicodélicos. Una de ellas ya tiene comprador, que pagará por ella más de lo que cuesta cualquier bata. Eso sí para la otra, el fundador de Inditex aún está a tiempo. En un museo es donde ha acabado otra de las primeras batas de la marca GOA. Una bata roja de boatiné es la estrella de una exposición sobre 100 objetos que han marcado la historia de Galicia. Porque la bata de Amancio es todo un símbolo. Una pieza que tampoco fue fácil de encontrar y que descubrieron en otra mercería. Desaparecidas de las tiendas, seguro que alguna aún resiste en más de un armario. Así que mire bien su bata, porque puede ser toda una reliquia.

-Redacción-