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El día de la riada a la seis de la tarde las pantallas de quienes participaban en la reunión del Cecopi por videollamada se fueron a negro. La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, es una de las más de 20 personas que asistían telemáticamente: "Nos pidieron que apagáramos la cámara y el altavoz porque iban a pensar y a tomar una decisión". Esa reflexión de los seis técnicos que estaban en la sala duró una hora, y la jueza ha preguntado a la Generalitat el motivo de ese apagón. La respuesta es que durante ese periodo de tiempo el trabajo fue exclusivamente presencial. "Lo que se dice en ese informe, en ese aspecto, es que el Cecopi estuvo funcionando de manera permanente", asegura la actual secretaria autonómica de emergencias, Irene Rodríguez. A las siete se retomó la conexión para comunicar que se iba a mandar el Es-Alert y, según la delegada, a las siete y media volvieron a desconectar para escribir ese Es-Alert que iba referido solo al estado de la presa de Forata pese a que, a esa hora, el barranco del Poyo ya se había desbordado. Es decir, los responsables autonómicos al frente de la emergencia tardaron una hora y media en decidir lanzar el mensaje de alerta y determinar qué redactar en él. Y media hora más hasta que se envió a los móviles de la población. Mientras que las preguntas de la jueza comprometen a la Generalitat, Mazón sigue con su agenda cancelada y hoy, sin medios de comunicación, de visita en una de las presas afectadas por el nuevo temporal.

-Redacción-