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El corazón socialista sigue latiendo al ritmo de Pedro Sánchez. Sin rival, cuarta vez elegido secretario general desde aquel 2014. Una década. Y no tanto tiempo, pero casi, un cuarto de hora, ha durado la entrada del líder al plenario. Besos, abrazos, selfies... banderas republicanas también... Más selfies, más abrazos, más besos. El PSOE se quiere. El PSOE es una fiesta. "España vive uno de sus mejores momentos de estos últimos 45 años de democracia". Un PSOE referente y, dice, eso no se lo perdonan. "Lo que no perdonan es que estemos gobernando mejor que ellos, que gestionemos mejor la economía que ellos, que hoy haya un Gobierno limpio al frente de España". Con un proyecto, presume, ganador. "Hemos hecho mucho con todo en contra. Imaginaos lo que podemos hacer cuando el viento sople a favor. Y soplará". Y, otra idea revival, sobre todo, optimista. "Tenemos una sola prioridad, que es volver a ganar las elecciones autonómicas, municipales y generales en 2027". Pese, familia tocada, a los odiadores. "Que si algo toca, nos toca a todos y todas, en el ámbito de las responsabilidades que tengamos y a mí, en consecuencia, el primero es dar un paso al frente, no un paso a un lado, no un paso atrás". Cantando La Internacional puño en alto, la fuerza de un modelo, el español, el suyo, dice, que funciona.

-Redacción-