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Donald Trump no solo va cincelando una nueva cara para los Estados Unidos de América, sino que su triunfo es fuente de inspiración para la alianza que la ultraderecha europea busca consolidar. Santiago Abascal es uno de los líderes de este lado del Atlántico a los que saluda, presidente ahora de Patriots, tercera familia política en Bruselas impulsada por Víktor Orban y Marine Le Pen. Este fin de semana todos en Madrid para exhibir músculo ante socialistas y populares europeos. El objetivo de sus 86 eurodiputados es aumentar su influencia en Europa, sintonizar con el nuevo Washington y sus postulados. Comparten ofensiva contra políticas LGTBI, inmigración o las ideas sobre convertir Gaza en un resort, extremo alabado por Orban. El húngaro es la nueva pareja de Vox tras dejar a un lado a Giorgia Meloni. Están divididos en Europa, pero todos saben que la italiana es necesaria para fortalecer esta familia política. Ser anfitrión de este cónclave internacional en Madrid le llega a Abascal en medio de una crisis interna de su partido con la renuncia de su líder en Castilla y León, con voces de pesos pesados como Ortega Smith, que dice entender a Gallardo, aunque, a día de hoy, el tirón electoral de Vox no sufre ni un rasguño.

-Redacción-