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Cada presidente del PNV de los últimos 80 años podría haber escrito lo que hoy ha expresado el actual, Andoni Ortuzar: Justicia, Reparación y una sana alegría.. Porque en ocho décadas no han dejado de perseguir que el número 11 de la avenida Marceau en París, el palacete en la actualidad sede del Instituto Cervantes, pase a sus manos. Un informe lo ha hecho posible y ha sustentado la decisión del Gobierno. El historiador Óscar Álvarez es uno de sus autores. "Lo que veo es que quien está detrás es siempre el partido no encuentro a nadie del gobierno", dice. Según ese estudio, en 1936 militantes nacionalistas vascos desde el exilio en México recaudaron el dinero gestionado para la compra por el empresario y simpatizante del PNV, Marino de Gamboa, un mes antes de constituirse el primer Gobierno Vasco. "En todos los casos tengo al tesorero del PNV siendo el gestor real", subraya. Con la caída de París en manos de los nazis, la Gestapo ocupa el lugar para entregarlo luego a la Falange. La tesis del informe no encuentra consenso. "Es del Estado español porque procedería de los fondos sacados por la II República", puntualiza Pedro Chacón, profesor de Historia del Pensamiento Político de la Universidad del País Vasco. La pugna por la titularidad llegó al Tribunal Supremo, que en 2003 ratificó que las autoridades españolas no fueron quienes incautaron el palacete por lo que el PNV no lo podía reclamar. 

-Redacción-