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"Pedro, quédate, estamos contigo". Mensaje claro y directo de la vicepresidenta primera y vicesecretaria general de los socialistas. "No pueden salirse con la suya". Y de apoyo también a ella: "Begoña, compañera, estamos contigo". PSOE en pie frente, dice María Jesús Montero, a la máquina del lodo impulsada por Aznar. "Y al final de esta cadena, los últimos, los más cobardes de todo, los que tiran la piedra y esconden la mano como hace Feijóo, saquen tajada de la infamia". Que España no puede retroceder. "Presidente, sí, merece la pena que ganen los buenos". Y tras ella, todo el socialismo. "Vais a contar la dirección, y por supuesto Pedro, con todo nuestro apoyo, con el mío particularmente", expresaba en la tribuna Emiliano García-Page. Cierre total de filas. "A este partido no le van a quitar la moral y menos los que no tienen ninguna", decía el presidente castellanomanchego. "Señores de la derecha española: España no es una finca y no es suya", remataba el ministro Óscar Puente. Empatía de quienes también son atacados, como la presidenta navarra, María Chivite. "Y no hay más, porque esta es la estrategia, la tortura psicológica". O están salpicados por el caso mascarillas, como Francina Armengol; "Para saber qué democracia queremos". O Salvador Illa: "Sobre los límites de la política". Apuntan, ahí, los ministros el camino. "Frente al acoso mediático", indicaba José Manuel Albares. "Con esa guerra sucia", añadía Pilar Alegría. Y que no es nueva, alertan, recordando, lo hacía Diana Morant, la Guerra Civil. "Ahora utilizan otros mecanismos, pero son los mismos". Ante lo que sólo vale, expresaba la portavoz socialista, Esther Peña, una cosa, "pie en pared", en defensa no del PSOE, sino de la propia democracia.

-Redacción-