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Puigdemont podría haber sido detenido el pasado 8 de agosto. Es la conclusión a la que llega el magistrado del Supremo, Pablo Llarena. Lo hace tras estudiar los informes ofrecidos por el Ministerio del Interior y los Mossos d'Esquadra. Las explicaciones de la policía autonómica se escudaban en la gran aglomeración de gente que se formó, pero para Llarena no es suficiente Ni aún teniendo en cuenta la posible colaboración en la fuga de tres individuos, hablando de los mossos que fueron detenido, no encuentra, asegura en su providencia, razones que reflejen impedimentos para que se pudiese haber llevado a cabo la detención. Se podría haber realizado cuando iba de camino al mitin, o bien después con su "posterior seguimiento y alcance". Pero además, las conclusiones de Llarena no se quedan ahí. Abre la puerta a la "participación de otros responsables" que describe como "no aparentes". Por todo ello, el magistrado ahora manda los informes a los juzgados de Barcelona, ya que él carece de competencia para investigar los hechos. Pide que sea allí donde se estudie la apertura de una investigación por "posibles delitos de omisión del deber de perseguir delitos" y "encubrimiento".

-Redacción-