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Beltrán Gutiérrez siempre ha estado ahí, a la sombra de Esperanza Aguirre, aunque nunca nos hayamos fijado en él. Y la noticia es que ahí sigue.  Que ahí sigue, en la nómina del PP de Madrid, después de que al descubrirse que era usuario de las tarjetas black de Cajamadrid Ana Botella  prescindiera fulminantemente de sus servicios en el Ayuntamiento y de que él mismo anunciara su dimisión como gerente del partido en Madrid. Se dio por hecho que rompía todo su vínculo con el PP, y no ha sido así. El PP de Madrid se explica, dice que no ha habido baja encubierta, ni engaño. Argumenta que el PP nacional pagaba su nómina como paga la de todos los gerentes territoriales. Que efectivamente dejó de pagarla cuando dimitió de ese cargo. Pero que, en contra de lo que parecía derivarse de su dimisión, al cesar como gerente el  pago de su Seguridad Social lo asumió el PP de Madrid. Así que las medidas rotundas proclamadas por Aguirre contra la corrupción no han valido en su caso. Y ahí está, en otro cargo, pero con toda su antigüedad. Hay quien habla ya de Gutiérrez como el "Bárcenas" de Esperanza Aguirre, en recuerdo de lo de la "indemnización en diferido", la mítica explicación de Cospedal. Y mientras los rivales resucitan aquel viejo fantasma, la ministra de Trabajo dice que no sabe, y ante la insistencia de los periodistas ni contesta.

-Redacción-