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La tierra temblaba en Estambul poco antes de la una de la tarde. Una sacudida que los primeros en sentirla fueron los animales. Un perro levanta la cabeza y se queda atento, escuchando, baja del sillón y de repente la casa tiembla. Para entonces, otros animales ya han puesto pies en polvorosa. El seísmo, de magnitud 6.2, ha tenido su epicentro en el Mar de Mármara, cerca de la costa de Estambul, pero ha sido tan potente que ha llegado a sentirse en zonas más alejadas, como en Ankara, la capital, a más de 400 km. Tiendas y restaurantes se han quedado vacíos nada más empezar a notarse los primeros temblores, que también han afectado a varias cadenas de televisión en pleno directo. Tras el terremoto, la gente se ha echado a las calles. Parques abarrotados, calles llenas de gente y personas sentadas en los portales sin entrar en casa. El fantasma del terremoto de 2023 sigue reciente en la memoria y hubo muchos edificios que se derrumbaron. Ese mismo miedo ha llevado a algunos a saltar por el balcón cuando comenzó el temblor. En total hay más de 150 personas heridas, todas ellas por haberse precipitado desde gran altura. Desde el Gobierno aseguran que el terremoto no ha provocado daños estructurales, pero también piden precaución a la hora de acceder a los edificios, por lo que hoy muchas personas pasarán la noche en la calle.

-Redacción-