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Vídeo AP-LaPresse/Agencia Atlas - Había expectación por ver pisar tierra a Tim Shadok, que lo decía todo con una gran sonrisa aún enmarcada por esa barba de náufrago. “Me siento realmente bien, señalaba. Ha sido muy duro. Mi salud fue muy mala. Pasé mucha hambre y no pensé que sobreviviría”. Aquí vemos el momento en el que la tripulación de un atunero lo encontró la semana pasada en aguas mexicanas. Para Tim, de 54 años, con la mano en el pecho y visiblemente emocionado, era el final de más de dos meses varado en ese catamarán averiado. “Lo peor era el cansancio. Siempre había que arreglar algo”. Había sobrevivido bebiendo agua de lluvia y una dieta integral -decía entre bromas- de sushi, pero sus mejores palabras eran para su fiel acompañante, la perrita Bella. “Es mexicana, decía, he intentado buscarle casa como tres veces, pero siempre me seguía por el agua”. Antes de volver a su país, Australia, Tim se ha encargado de dejarla a buen recaudo de uno de los pescadores. Ya es una más de la tripulación.

-Redacción-