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De un golpe de estado fallido, a ganar cuatro elecciones consecutivas. Tras la primera, 1998, Hugo Chávez cambió la Constitución y hasta el nombre del país, por el de República Bolivariana de Venezuela. Carismático, frases míticas, como aquel "huele a azufre" en la ONU tras el paso de George W. Bush. Y momentos inolvidables, como el famoso "por qué no te callas", que le espetó Juan Carlos I. Siempre polémico, como su afán por las expropiaciones, con su programa social -apoyado en el petróleo- y su programa de televisión, asentó su régimen. El de la patria socialista o muerte. Aunque el cáncer que acabó con su vida no supuso el fin de su sistema. Su vicepresidente, con el mismo estilo y las mismas formas, ha continuado desde entonces. Con más pobreza y más inseguridad, pero triunfando frente a los opositores y a los que han intentado derrocarlo. Una "contrarrevolución" de la que acusó directamente al Gobierno español, presidido entonces por Mariano Rajoy. Tanto con él especialmente, como con su sucesor, Pedro Sánchez, ha tenido su más y sus menos. Nicolás Maduro y el chavismo, que aspiran a mantenerse.

-Redacción-