Atlas agencia

Dos días después de la foto de familia de los grandes líderes tecnológicos arropando al nuevo presidente, llega la imagen de Trump anunciando desde la Casa Blanca la creación de un consorcio para impulsar el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Una empresa privada que el presidente asegura que creará más de 100.000 empleos de forma inmediata y que invertirá al menos 500.000 millones de dólares para construir centros de datos, entrenar y ejecutar modelos de Inteligencia Artificial. Y aunque el Gobierno no vaya a poner dinero, tiene otras maneras de ayudar, porque requiere de mucha energía y el presidente ya ha empezado a sentar las bases para que no sea un problema con las órdenes ejecutivas, que no requieren la aprobación del Congreso. Mediante estas órdenes, Trump puede allanar el camino para aquellas empresas a las que quiere favorecer. Sin embargo, parece que esta vez no hay sintonía entre el presidente y su asesor favorito. Tan solo unas horas después del anuncio, Elon Musk avisaba en redes sociales que las empresas que forman parte del proyecto Stargate no disponen de capital suficiente para sacarlo adelante. Este enfrentamiento no es extraño. Elon Musk y Sam Altman, el jefe de Open AI y la empresa al frente del proyecto Stargate, son rivales, ambos tienen su propia Inteligencia Artificial y a Elon no ha parecido sentarle bien que Trump favorezca a otros. Sin embargo, va a tener que compartir. Con las sanciones de la Unión Europea llamando a la puerta de las principales empresas tecnológicas por no cumplir la normativa, todos quieren gozar del favor y la protección del presidente.

-Redacción-