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España salió de la crisis de 2008 con mayores niveles de pobreza y desigualdad por los recortes de empleo, salarios y protección social. Aunque la situación ha ido mejorando somos el quinto país europeo con mayor nivel de desigualdad. Y llegó la pandemia y la escalada de precios, pero no de salarios. Ahí es donde la clase media deja de parecerse a la que había hace años, en un contexto en el que las empresas han disparado sus beneficios. El ascensor social se para en seco en España. Según el último balance de la OCDE, de 2019, la renta mediana se situaba en 15.193 euros al año. Por lo que las rentas correspondientes a la clase baja se situaban por debajo de los 11.395 euros anuales. La clase media correspondía a una retribución económica de hasta 30.386 euros y superior a 30.000 euros estaría la clase alta. Si esta cifra se calcula mensualmente, la renta mediana es de 1.790 euros al mes. Asimismo, según los cálculos, aquellos salarios inferiores a 1.343 euros pertenecen a la clase baja. Y entre esa cifra y hasta 3.581 euros al mes se situaría la clase media, mientras que por encima de los 3.581 euros se encontraría la clase alta. La renta mediana equivalente de la encuesta del año 2022, elaborada por el INE, alcanza una cifra para los ingresos medianos recibidos por los hogares durante el año 2021 de 16.814 euros, aumentando en un 5,8% respecto a los datos obtenidos en la encuesta del año anterior. La clase media se ha reducido en la mayoría de los países de la OCDE, ya que a las generaciones más jóvenes les resulta más difícil acceder a este nivel. El estancamiento de sus ingresos no les permite hacer frente a los crecientes costes de la vivienda y la educación. Y así, mientras que casi el 70% de los baby boomers formaban hogares con ingresos medios a los veinte años, solo el 60% de los milennials lo consiguen en la actualidad.

-Redacción-